El peeling facial, conocido también como dermoabrasión, es un tratamiento que ayuda a regenerar la piel.
La piel se renueva cada 28 días, pero a partir de los 25 años el proceso de renovación comienza alargarse y aparecen los poros dilatados, las manchas, las arrugas, etc.
El peeling es perfecto a partir de los 30 años. Está recomendados para tratar las arrugas, la queratosis actínica, las secuelas del acné,
los poros dilatados y las manchas.
Consiste en la aplicación de sustancias con pH ácido. Es aconsejable hacerse un peeling de vez en cuando, pero si el paciente quiere corregir una marca de acné o las arrugas, los especialistas recomiendan realizar un peeling cada 15 días.
El experto puede personalizar el tratamiento para tratar cada piel de forma diferente. Esto lo saben bien los profesionales de Clínica de Medicina Estética Doctora Rosa Bonal, ya que tienen por objeto la comercialización de servicios médicos, mediante la aplicación de tratamientos médico-estéticos, de cirugía estética y depilación por láser médico.
Estos especialistas recomiendan el otoño y el invierno para realizar el peeling, porque después del tratamiento el paciente no puede exponerse al sol.
El tratamiento dura alrededor de 30 minutos y se realiza con anestesia local tópica o por infiltración. Es normal que el paciente note una sensación de quemazón y picor, pero el especialista le aplicará una mascarilla hidratante para que desaparezca el escozor.
Las primeras 24 horas después del tratamiento, el paciente debe lavar la cara con un jabón o crema limpiadora suave. Para secar la piel puede utilizar un paño suave.
La recuperación depende del tipo de peeling, aunque la piel se recupera en una semana.
Durante los 30 días previos al peeling facial el paciente no puede tomar el sol ni rayos UVA artificiales, tampoco puede realizar tratamientos exfoliantes o limpiezas faciales en las dos semanas anteriores.
También puedes recurrir a la mesoterapia facial para lucir una piel sana. Este tratamiento consiste en infiltrar a nivel profundo de la piel una serie de principios activos como vitaminas A, B, C, E siendo también posible incluir minerales como el calcio, magnesio, el sodio o el potasio, coenzimas y aminoácidos
El paciente lucirá una piel más hidratada y con menos flacidez, porque la mesoterapia facial ayuda a la producción de colágeno y elastina. Es un tratamiento que se puede realizar en cara, cuello, escote y manos aunque también en el resto del cuerpo.
Muchas mujeres recurren a los hilos tensores, ya que estimulan los tejidos internos para corregir la flacidez. Este tratamiento permite elevar las cejas o un efecto lifting de pómulos, del ángulo mandibular y del cuello.
Se introduce el hilo a través de una cánula guía, dándole a la piel la tensión deseada. Los hilos están hechos de un material biodegradable, biocompatible y de alta resistencia.
Es un tratamiento mínimamente invasivo y sin cirugía. No hay cortes, ni cicatrices y realizado con anestesia local. Estos hilos aumentan la producción de colágeno y elastina.
Muchos pacientes optan por este tratamiento porque consiguen un efecto lifting, pero con un acabado muy natural y sin necesidad de cirugía.
Pero, si los pacientes tienen una excesiva flaccidez, no logran los resultados deseados. Así, que están indicados para personas a partir de 30 años, ya que lo mejor es que presenten una flaccidez leve-moderada.
Estos hilos también pueden corregir la flacidez de otras partes del cuerpo como glúteos, abdomen, cara interna de los brazos, escote, rodillas, etc.
Uno de los tratamientos que más se demanda en los últimos años es la radiofrecuencia facial, para tratar la arrugas y la flacidez del rostro y del cuello.
Se trata de aplicar ondas electromagnéticas que penetran en las capas más profundas de la piel para regenerar y producir de nuevo colágeno.
La radiofrecuencia facial estira la piel flácida, suaviza las arrugas, impulsa la circulación sanguínea y mejora los tejidos. Para aumentar los efectos puedes alternar la radiofrecuencia con vitaminas y mesoterapia facial.
Las sesiones pueden hacerse semanales o cada seis meses. La mayoría de estas sesiones duran aproximadamente unos 30 minutos, aunque también dependerá de la resistencia al calor de cada paciente.
«Se recomienda a partir de los 30 años, que es cuando las reservas de colágeno empiezan a disminuir en calidad, y hasta los 45, cuando se produce la caída más importante», informa El Mundo.
Es una técnica muy segura, puedes notar un leve enrojecimiento que desaparece en minutos, pero no necesitas cuidados especiales ni reposo.
Es un tratamiento indicado para todo tipo de personas, aunque no es recomendado para embarazadas o lactantes, obesidad mórbida,
portadores de prótesis metálicas, marcapasos, personas con cardiopatías graves o con enfermedades neuromusculares.