El turismo gastronómico está a la orden del día. Si a la gastronomía añadimos la enología, el viaje se convierte en un sueño para los paladares más exigentes. Cada vez es más frecuente hacer viajes con visitas a las mejores bodegas del mundo, donde la gastronomía local se une a su saber hacer con esas vides que tan bello paraje forman ante los ojos de los visitantes. Viajar es conocer otros lugares, otras culturas y otras formas de concebir la vida. Es algo muy gratificante y edificante. Viajar engrandece.
En este artículo, tras hablar con nuestros amigos de Giona Company, expertos en conservación y servicio de vinos, entre otras cosas, hemos decidido proponer un viaje por el apasionante mundo del vino, a través de las Denominaciones de Origen más importantes del mundo. España, Francia o Estados Unidos, son los países con mayor renombre en cuestiones vitivinícolas. Lugares que hay que visitar por muchas otras razones y no solamente por sus caldos, pero que cuentan con ese añadido para que los amantes del vino, deleiten a sus sentidos.
Vivimos en un mundo cada vez más globalizado e impersonal a la vez que homogéneo. Todo lo que consumimos, es igual. En cuestiones alimentarias, los productos carecen de personalidad y a veces, de sabor. Como si los alimentos tuvieran que ser todos insípidos para no hacer la diferencia. Sin embargo, por otro lado, encontramos la cara opuesta: esa búsqueda de la autenticidad, donde la calidad, prima para los consumidores y por supuesto, los productores.
Aquí es donde entra en juego la Denominación de Origen (D.O.) que se presenta como una herramienta invaluable que tiene como finalidad, proteger la identidad, la cultura y la diversidad biológica de una región, al mismo tiempo que garantizan la calidad y autenticidad de los productos que la misma produce.
Las Denominaciones de Origen ofrecen a los consumidores la posibilidad de descubrir y apreciar las particularidades que cada región ofrece a través de sus productos, para que lo valoremos con una nueva mirada y el paladar más entrenado y refinado. Con un buen entrenamiento gustativo, podemos despertar a ese paladar aturdido por los simples sabores de los productos que nos ofrece la industria y ser capaces de apreciar los matices que ofrece cada D.O.
Denominación de origen equivale a autenticidad
El término Denominación de Origen se utiliza para designar la calidad y autenticidad de los productos que tienen una proveniencia especifica de un lugar y, en su elaboración cumplen con una serie de requisitos previamente establecidos. Lo que nos viene a decir que si adquirimos productos que poseen una denominación de origen, proceden directamente de la región donde se elabora y se elabora con las características que definen a la región en cuestión.
La existencia de estas D.O. juegan un papel fundamental en lo que a protección de la cultura y el patrimonio de una región respecta. Son las regulaciones de cada Denominación de Origen las que hacen posible proteger las prácticas y técnicas que tradicionalmente se utilizan para su producción. Como hablamos de vinos, debemos saber que las variedades autóctonas de las diferentes uvas también se protegen mediante las denominaciones, contribuyendo a preservar la diversidad biológica y cultural.
Sin olvidar de que fomentan el desarrollo económico y social de las regiones promoviendo la producción y el consumo de los productos locales. Esto tiene un impacto positivo en la economía local y, por supuesto es algo de lo que el consumidor se beneficia pues permite conocer toda la información sobre la calidad y el origen del producto.
En resumen, las Denominaciones de Origen vienen a ser como el ADN de los productos y, como bien sabemos, el ADN confiere una identidad única y distintiva.
Las grandes D.O. del mundo están, evidentemente, en regiones vitivinícolas reconocidas y valoradas a nivel mundial. Son consideradas las más importantes debido a la insuperable calidad de sus vinos y la reputación que los mismos han cosechado a lo largo del tiempo. No solo se garantiza la calidad de su producto, también se protege a la región que lo produce de la competencia desleal y el uso inapropiado de su nombre. Esto tan importante, quiere decir que solo los productores que garantizan el cumplimiento de los requisitos establecidos y se halla dentro de los límites geográficos de la región en cuestión, pueden utilizar el nombre de la denominación que poseen los productos.
Bien sabemos que existen muchas denominaciones de origen vitivinícolas en todo el mundo y que, esa cifra varía continuamente debido a los cambios que se producen en las regulaciones y las nuevas designaciones que se otorgan. Según datos de la Organización Internacional de la Viña y el Vino, en dos mil veintiuno existían más de cuatro mil seiscientas denominaciones de origen en todo el mundo.
Cada país utiliza diferentes términos para determinar las denominaciones de origen de sus vinos. Así en España contamos con la D.O.Q. que indica una categoría superior a la D.O. y es otorgada a los vinos producidos en zonas específicas que cumplen con requisitos adicionales. En Francia la A.O.C. establece unas normas muy estrictas para la producción de vino de ciertas zonas, en las que se incluyen regulaciones sobre los viñedos, variedades de uva, prácticas de vinificación y etiquetado. Italia tiene su D.O.C. con una categoría superior D.O.C.G. similar a la A.O.C. francesa.
El viaje al corazón del viñedo
A quienes les guste tanto el vino como viajar, no pueden dejar de visitar los siguientes lugares. Sus denominaciones de origen son de las más reputadas y valoradas por los expertos catadores. Empezando por Burdeos, al suroeste de Francia, esa región vitivinícola por excelencia, una de las más famosas y prestigiosas del mundo, con larga tradición en la producción de los mejores vinos del mundo, de alta calidad, conocidos por su complejidad, elegancia y longevidad. Hasta el peor Burdeos es notablemente bueno.
Champagne es otra de las regiones que no se puede dejar de visitar. Francia cuenta con la denominación de origen más relevante en lo que a espumosos respecta. Las técnicas que los viticultores desarrollaron en el siglo XVII para mejorar la calidad de sus caldos, dieron como resultado la mezcla de diferentes variedades de uva y el uso del corcho para los tapones de las botellas. Aunque no fue hasta el siglo XIX que se descubrió la fermentación en botella que produce burbujas más finas y persistentes. Sin duda, sinónimo de lujo y celebración, Champagne se ha ganado su reconocimiento a nivel mundial.
Antes de salir de Francia, tenemos que pasar por otra región de renombre en cuestiones vitivinícolas: Borgoña. Esta maravillosa región francesa, cuenta con ochenta y cuatro A.O.C. diferentes que se dividen en cuatro niveles, ofreciendo cada uno características y estilos de vino únicos e inconfundibles.
No podemos continuar el viaje sin detenernos en España. Y es que nuestro país, cuenta con denominaciones de origen para dar y tomar. Aunque solo vamos a destacar nuestra D.O.Q. más conocida: La Rioja. Esta región del norte de España, está considerada como una de las más importantes del país: cuenta con más de seiscientas bodegas y una producción anual de doscientos ochenta millones de botellas. Su historia se remonta al siglo XIX y su D.O.Q. ha sido reconocida por sus tintos de alta calidad, caracterizados por su excelente capacidad para el envejecimiento.
Damos un salto hasta Italia y nos encontramos en La Toscana. Esta región ubicada en el centro de Italia, es reconocida a nivel mundial por la calidad de sus vinos. Su extensión va desde los Apeninos hasta el Mar Tirreno, lo que confiere a sus viñedos una amplia variedad de climas y terrenos que permiten una producción de vinos con características únicas. Entre sus D.O.C.G. más destacadas podemos mencionar a Brunello di Montalcino y el Chianti Classico.
Sin duda, el viejo continente cuenta con los mejores caldos imaginables, pero si cruzamos el charco, Napa Valley, en California, es una de las regiones vitivinícolas más importantes de todo Estados Unidos. Su larga tradición e historia en la producción de vino, le ha dado como fruto la Denominación de Origen más reconocida del país. Aunque el cultivo de la uva en Estados Unidos se hacía desde el siglo XIX, no fue hasta mil novecientos setenta en que Napa Valley empezó a ser reconocida. Desde entonces, tras ganar una cata a ciegas compitiendo con vinos franceses, su reputación ha ido en aumento y su producción de vinos es una de las mejores del mundo. Los amantes del vino no pueden dejar de probar los caldos que ofrece el lejano Oeste y sucumbir a una experiencia vitivinícola al otro lado del charco.
Existen más, muchas más denominaciones de origen. A lo largo de todo el mundo existen, como ya hemos dicho, más de cuatro mil seiscientas D.O. Es imposible nombrarlas todas en un simple post. Pero si hemos citado las más relevantes a nivel internacional que, además resultan un destino turístico atractivo para los viajeros a quienes les gusta conocer el mundo empapándose en las tradiciones de cada lugar. Las D.O. son la tradición, llevada al producto. Conocerlas puede darte una idea de cómo se elaboran los mejores caldos.