Compré un coche para continuar haciendo viajes… y ‘pasé’ de los trámites

Estamos en un momento clave en la Historia de la Humanidad porque está claro que nos estamos jugando el futuro de nuestro planeta. Durante las últimas décadas, nos hemos metido en un buen lío y la verdad es que tenemos que arrimar el hombro para tratar de que la contaminación sea un asunto cada vez más controlado y que no haga que la calidad de vida y el bienestar en el planeta se caiga por completo. Una de las cosas que hay que tener en cuenta en ese sentido siempre va a ser reducir la dependencia que tenemos de los combustibles fósiles. Es clave para cambiar las cosas de una vez por todas.

Los particulares tenemos la obligación de estar pendientes de estos asuntos y hacer todo lo que se encuentra en nuestra mano para tratar de mejorar las cosas. Y uno de los asuntos en los que más podemos colaborar es precisamente reducir esa dependencia que tenemos de los combustibles fósiles. ¿Cómo? Hay varias maneras. En el día a día, puede llegar a ser muy útil coger más el transporte público que tenemos al alcance de la mano. Pero, cuando vamos a hacer un viaje y el destino es una gran ciudad o un popular destino turístico de nuestro país, lo mejor es que el vehículo del que dispongamos sea híbrido o eléctrico. Más que nada por las restricciones que nos podamos encontrar a nuestra llegada.

Una de estas cosas es en las que pensé cuando empecé a sondear la posibilidad de comprar un coche de cara a realizar viajes largos. Suelo moverme bastante en coche por trabajo y también por vacaciones, así que era algo que necesitaba sí o sí. Lógicamente, necesitaba que ese coche fuera híbrido o eléctrico porque, si no, me exponía a que no pudiera entrar en muchas de las localidades y ciudades a las que suelo ir. Cuando trabajo, viajo bastante de Madrid a Barcelona y otras grandes ciudades. Y, cuando viajo de vacaciones, voy a muchos lugares de la costa mediterránea en los que también hay zonas de bajas emisiones. Benidorm, por ejemplo, es uno de los lugares en los que esto ya existe.

En la noticia que comparto con todos vosotros y vosotras a continuación y que procede de la web de eldiario.es, se informaba de cuáles son las ciudades españolas que ya tenían Zonas de Bajas Emisiones y cuáles se iban a incluir en la lista a lo largo de este 2025. Como podéis ver, hay muchísimas que ya han tomado la decisión de disponer de una de estas zonas y la verdad es que, para todas aquellas personas que no solemos mover por trabajo y ocio grandes urbes tenemos la obligación de contar con un vehículo como de los que os he hablado para garantizar nuestra movilidad. Porque, de lo contrario, esta se vería gravemente comprometida.

Empecé a mirar diferentes modelos de vehículos que pudieran cuadrarme en lo que respecta a gustos, precio y demás. Es verdad que soy una persona bastante indecisa porque siempre quiero lo mejor y para obtenerlo analizo muchas cosas, así que estuve varias semanas viendo distintos modelos y viendo diferentes coches. En cuanto tuve una decisión clara, me tocó combatir otra de las cosas que siempre entran en escena en lo que respecta a este tema: la financiación. Ya sabéis que eso siempre es importante porque, si bien no es una casa lo que estaba comprando, sí que me iba a comprometer con el banco para varios años.

Como sabéis, cuando se adquiere un coche hay un montón de trámites que se deben llevar a cabo para que podamos circular con el mismo y la verdad es que esta era una de las cosas que más pereza me daba en todo el proceso de adquisición del vehículo. Por tanto, tuve que arreglármelas para intentar que aquello no acabara conmigo. ¿Cuál fue la vía por la que opté? No me lo pensé demasiado. Dediqué varios días a buscar ayuda en este sentido y me quedé tranquilo cuando di con Madrid Gestoría, una entidad especializada en la transferencia de vehículos en Madrid y que se encarga de todos los trámites ante el organismo que sea, con independencia de que hablemos de la Dirección General de Tráfico o de las Consejerías de Transportes.

La verdad es que todos los trámites se solventaron a la velocidad de la luz. La sonrisa que se puso en mi cara una vez que me informaron de que todos los papeles se habían completado con éxito fue mayúscula porque superó mis expectativas y tengo que decir que sentí una relajación muy grande. Saber que puedes disponer de tu coche nuevo cuando quieras y que ya es perfectamente legal que puedas desplazarte con él por cualquier sitio es una sensación que todos y todas hemos tenido, pero que para mí era muy especial porque me iba a permitir seguir trabajando con normalidad y poder viajar durante mis semanas de vacaciones a donde quisiera.

Ha sido una verdadera gozada poder resolver una serie de trámites tan pesados como lo son estos de un modo tan simple. Y eso me ha permitido que no me tenga que comer la cabeza y que pueda dedicarle tiempo a otros asuntos que tienen que ver con mi trabajo o con mi tiempo de ocio. Esa sociedad en la que todos y todas éramos presas de la burocracia ya se ha acabado porque ahora hay mecanismos muy efectivos para tratar de evitar tener que pasar por procesos como estos, procesos que son tediosos, que pueden ser largos si no se cuenta con la ayuda o la preparación adecuada y que terminan haciendo mella en nuestro estado mental.

Y ahora… ¡a disfrutar de mis viajes! 

Tengo que reconocer que soy una persona a la que le gusta viajar. Aunque sea por trabajo. Me encanta enfrentarme a cientos de kilómetros y a varias horas de carretera, incluso aunque eso implique desafiar también a condiciones climatológicas adversas. Me ha gustado conducir siempre y nunca le he tenido miedo a ningún desplazamiento. Me gusta la acción en ese sentido y me aburren los papeles, de ahí que mi historia haya sido como la que os he contado a lo largo de todo este artículo. No puedo negar que me va a seguir encantando todo esto y que cualquier excusa va a seguir siendo buena para coger el coche y hacer un viaje.

Tengo planeados algunos desplazamientos de cara a los próximos meses. Por trabajo tengo que seguir viajando a Barcelona varias veces y también voy a tener que desplazarme hasta ciudades como Bilbao, Valencia o Sevilla. De cara a lo que tiene que ver con los próximos puentes de otoño, he pensado en alguna localidad costera como Lloret de Mar, Salou, Benidorm, Gandía, Elche, Guardamar del Segura, Vera, Torremolinos… y la verdad es que he sentido alivio cuando he comprobado que la mayoría de ellas también tiene una zona de bajas emisiones a la que no habría podido penetrar con mi antiguo coche y que ahora sí que me esperan con los brazos abiertos.

Una necesidad imperiosa a nivel global 

La necesidad de hacer de este un planeta mejor y más cuidado es realmente grande. Nadie lo puede negar. Creo que no es de recibo que haya corrientes de pensamiento que sigan intentando comerle la cabeza a la gente diciendo que no hay problemas de índole medioambiental en la Tierra cuando es evidente que está ocurriendo todo lo contrario. El deshielo de los polos, los veranos cada vez más calurosos y la falta cada vez más grande de lluvias son solo algunos de los ejemplos que nos está dejando esta problemática en los últimos tiempos. Y hay que ponerle freno para que la situación no se termine de ir de las manos. A mí me parece perfecto, por tanto, que haya ciudades que hayan limitado a tal efecto la entrada de coches contaminantes.

La sociedad está reaccionando. Buena prueba de ello es el hecho de que, de acuerdo con lo que indica una noticia publicada en la página web del diario 20 Minutos, el 90% de los jóvenes se dice preocupado por el cambio climático y la mitad incluso ha cambiado hábitos para intentar poner su granito de arena en la consecución de una mejora para el planeta. Los jóvenes son el grupo que más se está interesando por este tema y no es para menos: son quienes tienen más papeletas para sufrir la degradación inminente de nuestro medioambiente puesto que son aquellos a quienes más vida les queda.

Tenemos que hacer muchas cosas bien en los próximos años para que podamos lograr cambios efectivos. Y tened en cuenta una cosa: no solo con la ayuda de los jóvenes va a ser posible alcanzar los objetivos que la Tierra necesita. Es algo que requiere de que todos y todas estemos en el mismo barco y que hagamos todo lo posible por construir un planeta que sea óptimo para la vida de aquellas personas que van a seguir aquí cuando nosotros no estemos.

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