Ha pasado la Navidad, una época que está marcada por muchas cosas que podemos catalogar como tradicionales: comer polvorones, reunirnos con la familia, hacer regalos, cantar villancicos… y jugar a la lotería. Hay dos grandes sorteos en esa época del año: el primero es el del 22 de diciembre, el Gordo. El segundo se celebra el día de Reyes y es el denominado sorteo del Niño. Se trata de dos de los momentos más importantes de cada Navidad y no cabe la menor duda de que son de los que más interés y nerviosismo generan entre las personas. La verdad es que no es para menos, para qué nos vamos a engañar.
La tradición es un componente esencial de cada periodo navideño y es la que explica los altos índices de participación que tiene a los dos sorteos a los que hemos hecho referencia en el párrafo anterior. Y es que en España no solo se juega a la lotería durante los últimos y los primeros días del año. Se trata de una cuestión que está en boca de todo el mundo constantemente porque somos muy dados a participar en sorteos que son diarios o semanales. Es una costumbre que hemos asumido y una ilusión que tenemos para hacer más interesante nuestra rutina diaria.
Según una noticia que hemos rescatado de la página web de la agencia de noticias Europa Press, el 85% de los españoles adultos jugaba a algún juego de azar en septiembre del año 2020. Esto quiere decir que son 30 millones de personas las que juegan a alguna de estas modalidades, lo cual indica el arraigo que hay en España a las actividades de las que estamos hablando. Nos gusta el azar y la sensación que eso genera, así que solemos estar dispuestos a participar en juegos que tengan que ver con él mientras no supongan un desembolso económico demasiado importante. Porque nos gusta jugar, sí, pero con la moderación que siempre ha de prevalecer en estos casos.
También fue la página web de Europa Press la que indicaba que el 76% de los españoles adultos jugaba a la Lotería de Navidad, o lo que era lo mismo, 24 millones de personas. Podríamos decir sin miedo a equivocarnos que, si algo hacemos a la vez los españoles y las españolas, es participar en el sorteo conocido como El Gordo de Navidad. Desde los meses de verano vamos haciendo acopio de diferentes décimos que confiamos que nos van a hacer millonarios, una tendencia que se va acelerando a medida que entra el otoño y van avanzando los meses de octubre y noviembre y la primera quincena de diciembre.
La lotería es otro de esos sectores de actividad que se ha tenido que adaptar a la realidad que nos rodea. Por muy tradicional que sea participar en los sorteos de Navidad, la gente no participa o participa en menor medida si la compra de los décimos no se realiza de una manera sencilla. Por eso, las administraciones de lotería situadas en todo el territorio español han empezado a ver necesario en los últimos años vender décimos de manera online para que los clientes puedan disponer de ellos sin la necesidad de tener que salir de casa e invertir un tiempo y un dinero en su compra. El e-commerce ha llegado para quedarse y el sector de los juegos de azar no iba a quedarse al margen de esto.
La venta de lotería online es lo que está permitiendo que la participación en los sorteos de El Gordo y de El Niño no solo no haya bajado en los últimos años, sino que esté aumentando de una manera en la que no estaba previsto ni siquiera en los planes de los más optimistas. Nos cuentan desde Lotería La Piedad, una de las tantas administraciones que operan en el interior de nuestras fronteras, que la venta online ya supone más de la mitad de la facturación total en los sorteos de Navidad y que se va acercando a esos guarismos en los sorteos que son periódicos y que se celebran cada día o cada semana, como la Bonoloto, la Primitiva o el Euromillones.
Un público cada vez más diverso
El hecho de que las administraciones de lotería se hayan instalado en Internet ha hecho posible que se haya ampliado el espectro de personas que deciden participar en algún sorteo. El público objetivo de este tipo de negocios solía ser el compuesto por hombres de mediana o avanzada edad hasta hace apenas unos años, pero ahora es mucho más amplio y comprende también a las mujeres de una variedad de edades de lo más interesante. Gracias a esto, las administraciones de lotería están viviendo una especie de Edad de Oro en la que creemos que todavía no se ha tocado techo.
También va calando este tipo de juegos entre gente algo más joven (pero mayor de edad, por supuesto) y que antes no estaba interesada en estos menesteres. Los premios son muy golosos en muchas ocasiones y, aunque es cierto que este tipo de público va más ligado a cuestiones que tienen que ver con el deporte (el Quinigol o la Quiniela, por ejemplo), no dejan de mostrar interés en todo lo que tiene que ver con los sorteos más tradicionales. Y es que está claro que todo lo que nos pueda echar un cable en relación a nuestra cuenta bancaria está bien visto por todos y todas.
La publicidad, un arma que ha funcionado a las mil maravillas
La inversión en publicidad es algo que ha funcionado muy bien entre las distintas administraciones de lotería de España. Estamos hablando de un sector que ha sabido aprovechar el tirón que están teniendo las diferentes maneras de publicitarse en Internet para sacar réditos de ello. Las administraciones de lotería de nuestro país han entendido que el marketing digital es una herramienta indispensable para continuar manteniendo su salud y que las formas más tradicionales de hacer publicidad han muerto o están en proceso de ser reemplazadas porque ya no son tan fiables ni provechosas como antes.
Cuando se hacen bien las cosas y se diseñan buenas estrategias de publicidad en la red, lo lógico es que tengamos resultados que vayan acorde a esas buenas estrategias. Es lo que viene ocurriendo en un sector como del que estamos hablando. Si cada vez hay más gente que juega a la lotería en cada una de sus vertientes, es por esto. Y no nos cabe la menor duda de que va a seguir creciendo el número de personas que muestre interés por un aspecto como este en los próximos años. Si ya de por sí este es un mundillo que suele generar interés, imaginaos lo que puede llegar a generar si nos lo venden de una manera muy poderosa.
Además, es cierto que cuando se produce un sorteo como los de Navidad o como cualquier especial en el que se reparte mucho dinero, este evento se encuentra en boca de todo el mundo, lo cual genera un interés todavía mayor y una necesidad más grande de participar por parte de la gente. Y esa, amigos y amigas, es la mejor publicidad, el estar en boca de todo el mundo. Mucho mejor incluso que la que se relaciona con el marketing digital. Todo publicista lo sabe y quienes procuran desarrollar estrategias en el ámbito de los juegos de azar son los primeros que intentan que la gente tenga cualquier sorteo como tema principal de actualidad.
No nos cabe la menor duda de que, gracias a todo lo que estamos comentando, la participación de la gente en todo tipo de sorteos va a seguir siendo alta en los próximos años. Que el premio sea tan grande hace que tengamos la necesidad de al menos participar. Y es que nunca nos perdonaríamos no haber jugado en un sorteo del que podríamos haber resultado ganadores. ¿Os imagináis que cara se nos podría quedar si se produce una situación como esa? Nos estaríamos acordando de ella durante todos y cada uno de los días que nos queden por vivir, os lo podemos asegurar. Hay gente que se ha encontrado en esa situación y lo cierto es que no es nada agradable.
España va a continuar manteniendo esa tradición que ha ido consolidándose a lo largo de los años entre las familias de nuestro país. La lotería es algo que está siempre de actualidad y de lo que todas aquellas personas que juegan están pendientes. Por tanto, es obvio que tiene todas las papeletas (y nunca mejor dicho) para causar sensación entre buena parte de la población de nuestro país. Así ha sido siempre y así seguirá siendo. La lotería es un fenómeno social y, como tal, reúne todas las características para seguir siendo tendencia en todos y cada uno de los rincones de los que se compone la geografía de nuestro país, que no son pocos y disponen de diferencias notables.