Desde los años 70 se abrió un apasionado debate sobre los posibles efectos medicinales y terapéuticos del cannabis. Un debate que ha suscitado tantas voces a favor como en contra. En la actualidad, la ciencia ha conseguido aislar el CBD, el principio no psicoactivo de la marihuana, potenciando, de esta manera, sus aplicaciones medicinales. Hoy, ya disponemos de estudios médicos y de datos que no teníamos a finales del siglo pasado. Te hablamos, pues, de los beneficios para la salud del CBD.
El CBD es una sustancia presente en el cannabis. El cannabis es una planta que contiene más de 80 compuestos químicos biológicamente activos. Los dos más conocidos son el THC y el CBD. Mientras el THC es una sustancia psicoactiva que genera estados alterados de consciencia y que, según algunos, produce dependencia, el CBD es un depresor del sistema nervioso central, nada adictivo y que ha resultado útil para calmar episodios de dolor.
El aceite de CBD es la forma de consumo de esta sustancia más utilizada. En las últimas décadas, varios laboratorios han creado productos farmacéuticos y cosméticos que tienen el CBD como uno de sus ingredientes y que ha resultado efectivo para tratar determinadas dolencias.
Muchos enfermos afirman haber consumido CBD para combatir sus problemas de salud. Es el caso de Teresa Bautista, una chica que quedó postrada en una silla de ruedas después de haber sufrido un accidente y que cuenta como ha estado tomando aceite de CBD de Naturamma, un distribuidor canario de productos de CBD, para superar el dolor de sus lesiones.
La revista Psicología y Mente subraya en un artículo que los efectos del CBD van más allá de ser un instrumento para superar el dolor físico. Según ellos, estas son algunas de sus aplicaciones médicas y enfermedades para las que se usa:
Tratamiento de la epilepsia.
La revista científica Elsevier señala que el CBD posee propiedades anticonvulsivas que resultan eficaces para controlar las crisis nerviosas que suelen sufrir los enfermos que padecen esta enfermedad. Para eso, muchos especialistas incluyen en el tratamiento el consumo de fármacos que contienen CBD 100% purificado.
La epilepsia es una enfermedad neuronal en la que los cambios en el tejido cerebral hacen que el órgano esté sobreexcitado, enviando al cuerpo señales eléctricas anormales que se traducen en convulsiones repetitivas e impredecibles.
Su origen está en un daño cerebral que puede haberse producido por diferentes causas: lesiones de un accidente cerebrovascular, por una infección como la meningitis, por trastornos metabólicos, por problemas cerebrales presentes al nacer o por causas hereditarias.
Las emociones intensas y las situaciones de estrés suelen ser los desencadenantes más habituales de las crisis epilépticas. Los momentos en los que el enfermo experimenta los espasmos.
El CBD tiene un doble efecto con respecto a estas crisis. Por un lado, contribuye a crear un estado de relajación mental y física que previene la sobreexcitación y, por otro, bloquea en gran parte las descargas nerviosas que emiten las células del cerebro en situaciones de crisis epiléptica.
Combate el estés y la ansiedad.
El estrés y la ansiedad son dos respuestas naturales del cuerpo ante situaciones límite. Ponen al cuerpo en alerta ante la inminencia de un posible peligro o lo acondicionan ante una exigencia física o mental que se sale de la rutina.
Estas reacciones, en estado normal, suelen ser pasajeras y se pueden controlar con la mente. El problema radica cuando el estrés y la ansiedad se vuelven recurrentes, se hacen crónicas y son incontrolables para el individuo.
En la actualidad, el estrés y la ansiedad se han convertido en dos de los trastornos mentales más habituales en el mundo moderno. Las enfermedades mentales son la tercera causa de baja laboral en todo el planeta.
Estas enfermedades, además, tienen sus repercusiones físicas: una mayor probabilidad de sufrir accidentes cardiovasculares, dolencias gastrointestinales, cefaleas, fatiga crónica, desmayos, mareos, pérdida del equilibrio, etc.
El psiquiatra Dr. Sergio Oliveros señala que los trastornos de ansiedad afectan al 18% de la población. Según él, el 20% de las visitas a los servicios de atención primaria están relacionados con la ansiedad, el estrés y la depresión, aunque estos aparecen enmascarados entre una serie de síntomas físicos.
El 50% de los enfermos que padecen estos trastornos acuden al médico cuando llevan años sufriendo la enfermedad. Cuando en cierto modo se ha cronificado y su tratamiento es más complejo.
No podemos decir que para abordar estas enfermedades el CBD sea un fármaco determinante. Los psiquiatras suelen recetar ansiolíticos y antidepresivos. Lo que sí podemos afirmar es que el CBD es beneficioso como complemento para estos casos.
El CBD tiene un efecto relajante en el cuerpo y la mente que ayudan a reducir las sensaciones de angustia, malestar y nerviosismo asociados al estrés y la ansiedad.
Mitiga el dolor.
Una de las condiciones más incapacitantes que puede padecer el ser humano es vivir con dolor. El dolor, cuando es intenso, nos impide realizar acciones y actividades habituales y nos obliga a estar inmóviles intentando sobrellevar el malestar como podamos.
Existen enfermedades graves y crónicas en las que la persona no tiene más remedio que aprender a convivir con el dolor. Estamos hablando de enfermedades como la fibromialgia, la artritis reumatoide o el cáncer.
Algunos sanitarios opinan que el CBD es útil para sobrellevar el dolor. Tanto los dolores pasajeros como los dolores crónicos.
Ahora bien, del CBD no es ningún calmante. El efecto que esta sustancia genera en el enfermo es peculiar, pero le ayuda a sobrellevar el dolor con más facilidad. El CBD crea una especie de nebulosa mental que hace que los episodios de dolor pasen a un segundo plano. Tiene, por así decirlo, un efecto sedante, anestésico. Algunos enfermos que han tomado aceite de CBD en situaciones de dolor dicen que este producto les genera una sensación de irrealidad apacible. Una atmósfera de paz mental donde el dolor parece ser menos dañino. Pero no nos olvidemos, el dolor no ha desaparecido. Lo que sucede es que la mente está tan centrada en otros estímulos que no le presta tanta atención al dolor físico.
El dolor intenso o prolongado genera en el enfermo una sensación de impotencia que le puede llevar a atravesar episodios de ansiedad, angustia y estrés. Circunstancias, que como hemos visto antes, se pueden controlar en gran medida con el CBD.
Un tema interesante es como los cannabinoides y el CBD se está utilizando para tratar el cáncer. Esta aplicación se encuentra aún en periodo experimental. No existen datos concluyentes que afirmen que el CBD es una sustancia anticancerígena. Lo que sí sucede es que algunos oncólogos en California y otras partes del mundo han recetado a sus pacientes el consumo de derivados de CBD para paliar el dolor durante tratamientos agresivos como la quimioterapia y la radioterapia.
A un nivel empírico se ha percibido como el CBD es posible que tenga propiedades antitumorales que dificultan que el cáncer vuelva a aparecer. Quiero insistir que respecto al cáncer, los efectos del cannabis y el CBD se encuentran en el terreno de los indicios, no de las evidencias médicas. Sin embargo, los resultados que han dado hasta ahora, abren un interesante campo de investigación.
Combate el insomnio.
Lo que sí podemos afirmar sin temor a equivocarnos es que el CBD combate el insomnio. Tanto es así, que un consumo habitual de CBD puede provocar efectos secundarios como la somnolencia.
Y es que el CBD crea unas condiciones mentales y físicas que ayudan a conciliar el sueño con más facilidad. Esa relajación hace además que el sueño sea profundo y reparador.
La excitación nerviosa es una de las causas principales del insomnio. Una excitación que puede venir inducida por circunstancias vitales o por sustancias químicas. Sabemos, por ejemplo, que el estrés es una de las causas más habituales. Las preocupaciones que tenemos en el trabajo, con la familia, con los estudios, con el dinero, nos pueden quitar horas de sueño. Nuestra mente está tan absorta intentando resolver o procesar esos problemas, que no logra desconectar.
El dolor y la enfermedad también nos generan estrés mental. La imposibilidad de controlar el dolor nos lleva a sufrir alteraciones en los ritmos de sueño. Si el cuerpo está activo, también nos será más difícil dormir. No me refiero a que estemos de farra toda la noche. Cenar tarde o cenar mucho, hace que a la hora de irnos a la cama el cuerpo continúe haciendo la digestión.
Por último, determinados medicamentos o sustancias como la cafeína provocan una excitación nerviosa que evita que el cerebro desconecte. Para combatir estos efectos hemos visto que el CBD es bastante efectivo.
Hoy el CBD está incluido como ingrediente en fármacos para tratar enfermedades graves como el Parkinson y la Enfermedad de Crohn (una enfermedad inflamatoria del intestino cuya medicación suele provocar problemas digestivos). Estoy convencido de que los beneficios del CBD y sus aplicaciones para la salud son aún mayores. Todo es cuestión de que la ciencia continúe investigándolos. Algo que solo puede hacer desprendiéndose de prejuicios preconcebidos.